Uno encima del otro dándose la espalda, sin mirarse nunca a la cara, sin ni siquiera escuchar los lamentos del otro. Como dos mundos que se odian y se necesitan al mismo tiempo, que se miran al ombligo, turbios y prepotentes, odiados y odiosos. Tengo un pie en ambos mundos y siento que las piernas no me van a dar más de sí. Quizás mañana recupere mis cuclillas y me sienta sentido y con sentido....
No hay comentarios:
Publicar un comentario