Con mi primo Kinke jugaba al fútbol con chapas de Nik, Kiwi, Cocacola o tónica Schweppes. El balón era un garbanzo y el campo el cuarto de estar de su casa que era de madera a cuadradicos y se marcaban bien los fueras de bandas. Después hacíamos carreras de carreristas, normalmente el Kas contra el Fagor. A veces nos pedíamos ser el Faema. Después nos dejaban ver un poco de Locomotoro, Valentina y el Capitán Tan y cada mochuelo a su olivo. El otro día eché un partido con Miren y me la gocé más que ella. Creo que he descubierto una nueva terapia.
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