lunes, 9 de noviembre de 2009

mi muro de berlín


mi muro de berlín
Cargado originalmente por atxu
El 29 de abril de 1991 mi hermano Eduardo arrancó para mí un trozo de muro de Berlín. Este pequeño trozo de hormigón con restos de pintura ha permanecido desde entonces en mi estantería. El muro de Berlín ha tenido una historia paralela a la mía. Nacimos el mismo año y era uno de mis temas favoritos cuando Pedro José, el cura profesor de sociales nos contaba lo del bloqueo y el puente aéreo de los aliados. El había vivido en Berlín y nos contó mil y una historias de familias separadas de la noche a la mañana y de la gente que murió al intentar franquearlo. También se mencionó el muro en la conversación que mi padre tuvo con un tío mío francés a propósito del mayo del 68 mientras veíamos a Bob Beamon saltar 8,90 en las olimpiadas de México. Gracias al premio que me dieron el sábado en Barásoain (no todo ha sido jamón) en un magnífico libro de fotografías de Josef Koudelka que la organización tuvo a bien regalarme, he vuelto a ver imágenes de los dramáticos días de Praga 68. Esos jóvenes subidos a los tanques rusos. Como bien dice el libro, Koudelka capta como el que más el despertar de un pueblo caído en la trampa en el que súbitamente unos individuos emergen del anonimato impuesto encontrando de nuevo el sentimiento de revuelta y de responsabilidad personal. Recuerdo como si fuera ahora la noche del 9 de noviembre de 1989 viendo las noticias y la emoción de la caída del muro. Otra vez el pueblo estableciendo una relación entre los hombres y la historia. Otra vez las ideas que mi abuelo forjó con tenacidad y compromiso en Bayona con otra frontera imposible de franquear. Pues bien, hoy, 20 años después quiero manifestar mi compromiso de seguir aprendiendo de la Historia, y de Koudelka, y de mi abuelo, y lo quiero compartir con Eduardo que me trajo ese trozo de muro que hoy cobra si cabe todavía más sentido.

3 comentarios:

Emilio Latorre Zubiri dijo...

Yo estuve en Berlín en mayo de 1990 y todavía estaba fresco el muro. También conservo un trozo con pintada incluida. Los vendían como souvenir en los alrededores de la puerta de Brademburgo, que estaba sin la cuádriga ya que la habían destrozado en la última Nochevieja, la primera sin muro. El trozo que fotografías debe ser de la misma zona que el mío porque está hecho con el mismo tipo de mortero.

Edorta dijo...

Pues ese trozo lo desgajamos a golpes de pedruscos grandes y de unas barras de hierro que encontramos cerca, en pleno campo; Era una porción del muro que seguía intacta a lo largo de muchos kilómetros, entre Postdam y Berlín oeste. Se habían quitado tan solo unos metros para la carretera, y allí seguía el muro lejos de la atención mediática de la Puerta de Brandeburgo y el Reichtag, como si no hubiera pasado casi nada (¡que vaya si había pasado!).
Estuvimos una semana en el antiguo Berlín este; yo me alojaba en una familia que vivía en la Leninallée, bloques de tipo soviético en donde todos podían vigilar a todos (sin contraventanas ni visillos o cortinas...), los aparcamientos repletos de Trabant etc. Era tan sólo seis meses después de la reunificación y la fractura entre Wessies y Ossies era más que evidente. Postdamer Platz y Alexanderplatz seguían intactas, la zona de nadie en donde estaba el búnker de Hitler también. La transformación de la ciudad llegó después, pero yo no he vuelto a Berlín más que para algún tránsito aéreo en Schönefeld, el aeropuerto del antiguo este.
Buenos recuerdos con ocasión del 20 aniversario de la caída del muro. Recuerdo perfectamente la noche del 9, cuando la televisión francesa emitía sin parar desde diferentes puntos de paso, la riada de gente que había conseguido derribar el símbolo de la división de una ciudad, un país, un continente y el mundo entero. Dijimos a Elisa que mirase bien todo lo que se veía, que era histórico y más tarde lo recordaría, a pesar de sus siete años. Ayer, hablando con ella desde Nueva York, nos dijo que, efectivamente, lo recuerda todo perfectamente.

Elisa dijo...

Efectivamente, me acuerdo perfectamente. No me daba cuenta de lo que significaban esas imágenes, pero mis padres me dijeron que me acordaría toda mi vida. Y yo pensé "qué bien, será fácil acordarme ya que es la víspera de mi cumpleaños" (que por aquel entonces me parecía bastante más importante que cualquier muro). Así que a lo largo de los años, en clase de historia, lo he tenido fácil para recordar esa fecha tan señalada...