domingo, 13 de julio de 2014

Atardecer en el velódromo

A veces la luz nos juega buenas pasadas y nos ofrece oportunidades de "bola extra". Estos días, al hacer mis 40 largos de rigor observaba con inquietud cómo se las jugaban los atardeceres a nuestro insigne velódromo. Pensaba que tadavía me quedaban diez minutos y que no me daría tiempo de ir a por la cámara. Pues eso, que el otro día me llevé la camarica acorté el tiempo de chorroterapia y me subí a la terraza para hacer la foto. Allí comprobé que la luz pinta mejor que el pintor, se refleja mejor que el cristalero y da profundidad mejor que el mejor deliniante. Así que acaba de decidir que voy a contratar a la luz como mi proveedor favorito. Y me ahorro el 21%.


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