Mezclar el futuro con el azul del cielo siempre me ha parecido un ejercicio de cordura. También de ensoñación, y de afirmación de las convicciones propias y ajenas. Ayer os vi pero no os vi porque estabais pero no estabais. Ayer tuve la certeza de que con esas transparencias vuestras esperanzas de triunfar en el mitín del partido son irrefutablemente nulas.
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